La disfunción eréctil es la incapacidad persistente o recurrente de lograr o mantener una erección suficiente para una relación sexual satisfactoria. Puede ser ocasional o crónica y tener causas físicas, psicológicas o una combinación de ambas.

Los problemas ocasionales pueden ocurrir a cualquier edad y no son necesariamente preocupantes. Sin embargo, su frecuencia aumenta con la edad. Después de los 40, alrededor del 40 % de los hombres lo experimentan regularmente. Una consulta médica puede ayudar a identificar las causas y proponer un tratamiento adecuado, que puede ser temporal o regular según las causas identificadas.

Los tratamientos incluyen medicamentos como Viagra, Cialis o Levitra (o sus versiones genéricas Sildenafil, Tadalafil), terapias conductuales, ejercicios de Kegel y ajustes en el estilo de vida. La elección depende de las causas específicas y requiere una receta médica para garantizar la seguridad y la eficacia.

Un estilo de vida saludable, actividad física regular, manejo del estrés y algunos suplementos dietéticos pueden ayudar. Sin embargo, estos enfoques no siempre son suficientes, especialmente si la DE está relacionada con un problema médico subyacente.

Sí, es arriesgado. Muchos medicamentos vendidos en sitios web no regulados son falsificados y pueden contener sustancias nocivas. Es esencial consultar a un médico para obtener una receta y comprar medicamentos en una farmacia autorizada.

Si los problemas persisten durante varios meses, afectan su confianza o relaciones, o si tiene otros síntomas como dolor o fatiga inusual, consulte a un médico de inmediato. Podría revelar un problema de salud subyacente como la diabetes o una enfermedad cardiovascular.

Sí, a veces. La disfunción eréctil puede ser un síntoma temprano de enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión o desequilibrios hormonales. Consultar a un médico ayuda a detectar y tratar posibles afecciones subyacentes.

Absolutamente. El estrés, la ansiedad de rendimiento o los problemas emocionales pueden inhibir la respuesta eréctil. Trabajar en el manejo del estrés o consultar a un terapeuta puede ayudar a superar estas dificultades.

En muchos casos, sí. Dependiendo de la causa, los cambios en el estilo de vida, los medicamentos o las terapias específicas pueden restaurar la función eréctil. Una intervención temprana aumenta las posibilidades de éxito.

El médico puede solicitar análisis de sangre para evaluar los niveles hormonales, verificar la salud cardiovascular y descartar enfermedades como la diabetes. También pueden ser necesarios un examen físico, pruebas psicológicas o una ecografía del pene.